domingo, 22 de agosto de 2010

Pequeñas defensas, grandes conquistas.

Por: IMG

Ha pasado casi un mes desde que el Sindicato Mexicano de Electricistas anunciara el levantamiento de la huelga de hambre que sostuvo por más de 90 días el trabajador en resistencia Cayetano Cabrera Esteva. Junto a él, otros catorce trabajadores también decidieron levantar el plantón instalado en la Plaza de la Constitución del zócalo capitalino, a petición de su líder sindical Martín Esparza, el cual anunció a los trabajadores la creación de mesas de negociación de “alto nivel”, con el recién nombrado Secretario de gobernación, Francisco Blake Mora, y el renuente Secretario del trabajo, Javier Lozano.

Los trabajadores en resistencia accedieron, con la condición de que los representantes del SME lograran en estas mesas de negociación acuerdos concretos y reales. Dejaron muy claro que de no ver resultados de inmediato, reinstalarían su huelga de hambre con la firme convicción de llegar hasta las últimas consecuencias.

Es común pensar que en un conflicto de esta magnitud las promesas son solo una puerta fácil de salda. Sin embargo, en los últimos días las dirigencia del SME, pero sobre todo la base, aún en resistencia, han puesto la palabra “dignidad” de nuevo en nuestros diccionarios. El movimiento en resistencia aún cuenta con más de 16 mil trabajadores dispuestos a continuar con la lucha por un trabajo digno y una solución justa e imparcial a este conflicto.

Y es que la actitud del movimiento ha vivido un giro radical en los últimos días; después de los constantes plantones y movilizaciones, el SME reconsideró su estrategia y decidió entablar una tregua con los habitantes de la Ciudad de México, comprometiéndose a no hacer una sola marcha más mientras sus opciones legales (demandas, amparos e inconformidades) aún siguieran con vida en las instancias correspondientes.

Decidieron también hacer de las mesas de alto nivel la única opción viable y legítima para solucionar el conflicto, dejando de lado todo tipo de agresiones y enfrentamientos. En estas mesas de negociación participan los secretarios más altos en la estructura representativa del SME: el Secretario general, el del interior, de trabajo y del exterior. La presencia de estos cuatro representantes asegura le entrega de un mismo mensaje y una misma causa: la supervivencia del sindicato y la solución a un conflicto que lleva más de nueve meses y pareciera ser interminable.

En la primera sesión de estas mesas, la actitud de todas las partes involucradas en el conflicto fue la mejor que hasta ahora se haya visto. Los representantes del SME acudieron con un pliego petitorio de tres puntos que necesitan una solución inmediata, mientras que el Secretario de gobernación se mostró interesado en solucionar un conflicto que afecta a los trabajadores y a los ciudadanos en general, pues está consiente de las deficiencias que desde hace algunos meses presentan la distribución y generación de electricidad en la zona centro del país.

Los puntos más precarios de la situación obrera fueron expuestos con claridad:

1) La urgente necesidad de que sean pagadas las prestaciones que hasta el día 10 de octubre aun no eran cubiertas, como aguinaldo y fondo de ahorro.

2) La validación de la toma de nota a los 26 miembros del comité central, para facilitar el manejo de recursos y la permanencia del sindicato como una organización con personalidad jurídica propia.

3) Considerar la opción de crear una empresa que se encargue de la distribución de la energía eléctrica en el centro del país, ya que la materia de trabajo sigue existiendo y la calidad del servicio debe ser adecuada a un precio justo.

Cuando estas propuestas fueron hechas en las mesas de negociación, sonaban imposibles. Sin embargo, al cabo de tres sesiones, al menos uno de los puntos más urgente ya tiene solución. El pasado 19 de Agosto se firmó un acuerdo para liberar recursos del SAE (órgano liquidador de LyFC) para pagar a todos los trabajadores aun en resistencia lo correspondiente a fondo de ahorro y aguinaldo, estimando así un pago promedio de 10 mil pesos a cada uno de los 16 734 trabajadores que aun no cobran su liquidación.

La conquista de este primer punto es un respiro inmenso para las familias de los trabajadores en resistencia. La defensa de ese derecho es un ejemplo de que la lucha del SME sigue viva. Bienvenidas todas las formas de negociación y diálogo que arrojen resultados; bienvenida la lucha obrera, que pese a los escenarios más difíciles, confía en su fuerza y sus argumentos; bienvenida la dignidad que da esperanza a la lucha de 16 734 trabajadores que aun confían en su sindicato y que saben que la justicia hay que buscarla con la más firme convicción de encontrarla. ¡Viva el SME y viva la lucha obrera!

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